sábado, 13 de agosto de 2011

Jugados a la soja: en apenas cuatro años dejó US$ 70.000 millones


Para la Argentina, la soja es lo que se sabe de sobra: el motor que garantiza divisas abundantes e ingresos fiscales cuantiosos, arrastra demanda, inversiones y, al fin, actividad productiva. Sin semejante pilar, la economía nacional sería bastante distinta de lo que es .
En plena crisis internacional, la cotización del grano y de otros cereales se manifiesta mucho menos volátil que, por ejemplo, la del petróleo. Sigue en un buen nivel, aunque difícilmente vuelva a los de sus mejores momentos.
Hay, sin embargo, un punto al que correspondería prestarle cierta atención. Según cálculos privados, alrededor del 30 % de la suba de estos últimos años responde aespeculación financiera : fondos que apuestan a precios sostenidos, frente a otras alternativas eventualmente menos seguras.
Como cualquier activo financiero, si aparecen inversores dispuestos a deshacer posiciones para jugarse a otras, la cotización puede resentirse. No es que esto vaya a ocurrir, pero en un mundo tan imprevisible hasta lo improbable es capaz de ser posible.
Algunos datos gruesos revelan la enorme importancia del complejo sojero: Este año, acercará exportaciones por unos US$ 23.500 millones, un 36 % más que en 2010: fundamentalmente, por el efecto precios. Eso equivale al 30 % de las ventas totales al exterior .
Entre 2008 y 2011, dejará divisas directas nada menos que por US$ 70.000 millones.
Luego, las retenciones. Representarían ahora $ 31.570 millones y casi 90.000 millones desde 2008.
Puestos al actual tipo de cambio, los 90.000 millones significan 21.500 millones de dólares . O muchos más, si se toma el dólar de cada año.
Los números son del IARAF, un instituto especializado en análisis fiscal. Y ni hace falta decir por qué hay que prenderle una vela grande a la soja.
Sin su aporte no habría manera de financiar el aumento del gasto público, al ritmo que lo lleva el Gobierno. Ni sostener las reservas del Banco Central, enfrentar presiones contra el dólar o preservar el superávit comercial.
Otro tanto pasa con la llamada fuga de capitales del sistema financiero. En estos cuatro años de gestión de Cristina Kirchner, el fenómeno se habrá comido alrededor de US$ 69.000 millones . Es plata que salió del circuito económico, que pudo haber sido invertida en mejorar y aumentar la producción.
Por si no se ha reparado, ese monto cuadra casi exactamente con los US$ 70.000 millones que arrojarán las exportaciones del complejo sojero.
Llanamente, sin el denostado yuyo , como lo definió la Presidenta en pleno conflicto con el campo, se habrían resentido en grande las reservas del BCRA Y no se las podría haber utilizado para pagarle a los acreedores: el desendeudamiento que pregona el kirchnerismo.
Desde luego, nada de esto será reconocido por Amado Boudou. El ministro prefiere pavonearse con su discurso de matriz K: “Los superávits gemelos, en materia comercial y fiscal, permiten que tengamos solidez económica frente a la crisis internacional”. Ya fue dicho de dónde proviene buena parte de los mentados superávits gemelos.
Aun así, aquellos gemelos ya no son tan superavitarios. Según la consultora LGC, dirigida por Martín Losteau, entre 2007 y 2011 el Banco Central y la ANSeS financiarán al Tesoro Nacional con US$ 58.000 millones. Como salta evidente, sin esas fuentes habría déficit fiscal pleno .
El superávit comercial va en paulatino achicamiento. Está sostenido por completo y más por las exportaciones del complejo sojero. Lo prueba un contraste: este año las ventas de granos, harina y aceite de soja ascenderían a US$ 23.500 millones , contra un saldo comercial total estimado en 8.000 millones .
No se trata de endiosar a la bendita soja, sino de contar las cosas tal cual son. El problema subyacente es la extrema dependencia de un solo cultivo , pero para resolverlo hacen falta políticas globales, de mediano y largo plazo.
“La cotización del dólar va a continuar muy tranquila, porque el Gobierno va a tomar todas las medidas necesarias para separarnos de la crisis internacional”, ha dicho Boudou. Es como confesar que no fueron tomadas antes , como hicieron otros países de la región.
Lo cierto es que la cotización está sostenida por la cantidad de divisas que vende el Banco Central y por la intervención de otros agentes del Estado. Pero suena a obvio que si algo así ocurre es porque la demanda es grande : desde hace unas cuentas semanas por parte de los pequeños inversores, más la que venía de los operadores fuertes.
Es posible que en algunos casos el movimiento haya sido estimulado por el tembladeral internacional, además de la influencia de las elecciones. Y seguro que, en otros, pesan los desajustes en las variables económicas y expectativas que apuntan hacia el período poselectoral o a las correcciones que será necesario aplicar. Aquí mismo hay una explicación para la pertinaz fuga de capitales.
Por lo que toca a la soja, el punto es si las economías de Estados Unidos y Europa ingresan en procesos recesivos: la contracción ya está descontada. O, con mayor precisión, que éso sacuda las exportaciones chinas y de seguido melle su demanda de soja . También, que en el cuadro entre Brasil, adonde va el 40 % de las ventas industriales argentinas .
Es pura ilusión pensar que la Argentina puede a estar blindada frente a la crisis de dos regiones que representan casi la mitad de la producción y el consumo de todo el mundo, así no vaya a pegarle de lleno.
Nadie puede exigirle a Boudou que salga a reconocer dificultades, porque tal vez las potencie. Sí que tenga un discurso menos vaporoso.
De paso: a ninguno se le ocurrió pedirle que dejara de pasearse tocando la guitarra, en plena crisis y a la vista de todo el mundo. Al fin, es el ministro de Economía y la realidad no es un rock and roll 

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