Hace varias semanas que la difusión de supuestos mails de funcionarios de primera línea, empresarios, jueces y periodistas conmociona al poder. El sitio leakymails mutó en sus contenidos y liberó ahora a la Web informes de inteligencia sobre dirigentes sociales, políticos que ocupan u ocuparon cargos de relevancia, magistrados u organizaciones de comunidades extranjeras, entre otros casos impactantes. Son, a escala, y con matices, una especie de Wikileaks criollos, siempre de factura improbable y sospechosa: no habrá dependencia de Inteligencia del Estado que admita su confección. La repercusión del caso, las dudas y el enojo se multiplican en el Poder Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo, admitieron a Clarín fuentes de esos ámbitos.
La reacción de los afectados en esta cuestión es disímil. Este diario habló en off the record con un importante miembro del Poder Judicial mencionado en uno de los mil informes difundidos por leakymails.
Estaba indignado : “Es alarmante. No hay reparos éticos para escudriñar la vida privada de las personas sabiendo que se comete un ilícito. Lo peor es que hay gente que lo difunde. No digo que los periodistas no cuenten lo que pasa, pero quienes lo difunden con otros fines multiplican el delito”.
El candidato a gobernador de Buenos Aires, Martín Sabbatella, aliado del Gobierno, es otra de las víctimas de los informes de inteligencia. Hay uno dedicado a él: “Leí solamente la parte en la que se habla de mí. Me sorprendió. Ese informe es de ‘desinteligencia’. Un montón de datos son incorrectos, como el nombre de mi padre. No se entiende. No sé quién lo hizo”.
El ex jefe porteño Jorge Telerman, es nombrado como el autor de algunos de los mails difundidos.
Se queja de manera conceptual: “En esta era de cambio hay nuevas herramientas para quienes quieran divertirse, investigar o extorsionar. Lo que no cambia es la condición humana, siempre habrá gente que quiera hacer el mal”.
El líder de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, también aparece en un informe en el que se leen supuestos detalles de su vida personal y política: “Sería iluso si no pienso que los servicios de inteligencia no me hacen un seguimiento permanente. Lo hicieron siempre. No tengo nada que esconder. Pero lo repudio porque los servicios deberían estar al servicio de la población, deberían usarse para la lucha contra el narcotráfico”.
¿Son realmente informes de la Secretaría de Inteligencia? Un importante ex funcionario, mencionado en los informes, dice que es muy probable: “No voy a opinar. Esto es un asco” .
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