El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de La Plata condenó hoy al DJ Cristian Martínez Poch a 37 años de prisión por el abuso sexual gravemente ultrajante y privación ilegítima de la libertad de su ex pareja Vanessa Rial. Y también por la corrupción de menores y el abuso sexual gravemente ultrajante de sus dos hijas, las que quedaron a su cargo en 2002 tras la muerte de su esposa. En aquel momento, las nenas tenían 7 y 8 años, y no pudieron escapar de esa pesadilla hasta que tuvieron 14 y 15 años.
La lectura del veredicto, por parte del tribunal integrado por los jueces Juan José Ruiz, Carmen Palacios Arias y María Isabel Martia, tuvo lugar este mediodía. En el lugar estaba Martínez Poch, quien durante la lectura tuvo una actitud de provocar a las víctimas, haciendo gestos obscenos, sonriendo y hasta guiñando un ojo a las cámaras de televisión.
En algunos pasajes del veredicto, los jueces entendieron que los abusos de Martínez Poch “alteraron el normal desarrollo y madurez” de sus hijas. En el caso de una de ellas, lo vivido le provocó “un grave daño para la salud mental”.
En cuanto a Vanessa Rial, se acreditaron los abusos y se descartó el planteo de inimputabilidad hecho por la defensa. Tanto Vanessa Rial, como las hijas y demás víctimas, declararon que luego de pegarles, el imputado quería que ellas lo lesionaran a él con, por ejemplo, una pinza. “Así buscaba justificar lo que él les hacía”, dijeron los jueces. También se acreditó que luego de los ataques, Martínez Poch bañaba a las víctimas con lavandina, para borrar las heridas. “Como un intento de burlar a la Justicia si era denunciado”, añadieron los jueces.
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