viernes, 27 de mayo de 2016



Un reconocimiento que obliga aún más

Del editor al lector

La redacción de un diario es buena si es pluralista. Cuando tiene acentos y perspectivas y tonos singulares.
El pensamiento único empobrece, la diversidad enriquece. Desarrollistas y peronistas, liberales, izquierdistas y radicales: en la redacción de Clarín no ha faltado ninguno. Todos han tenido lugar y han tenido un lugar para exponer sus voces y sus miradas.
Incluso varios de los que lideraron la militancia periodística del kirchnerismo. Nos divertía cuando uno de ellos, ya como columnista de 6-7-8, borraba de sus antecedentes su paso por el diario. Un calco de la degradante retractación pública en la era soviética.
O cuando otra ex Clarín se postulaba para escribir la historia de los hijos supuestamente de desaparecidos de Ernestina Herrera de Noble. Los ADN frustraron el proyecto. Pero siempre habrá otro para tratar de acomodarse.
La misma periodista había publicado en Ñ una reseña de la biografía de Héctor Magnetto de José Ignacio López. Fue en la edición del 7 de junio del 2008. Tras recordar que Magnetto nació un 9 de julio se preguntaba: “¿Es posible suponer que el azar de Dios hizo que esa coincidencia marcara sus posteriores pasiones argentinas?”. Traducido: los rayos de la Patria habían iluminado a Magnetto. Hubiera merecido ser la jefa de redacción del Pravda.
Como si se les hubiera caído una venda de los ojos, gente que había elogiado sistemáticamente a Clarín de repente no le encontraban ningún mérito salvo el de ser responsable de todas las pestes. Gente con aptitud normal para hacer periodismo y aptitud extraordinaria para servir al poder y servirse del poder.
Ellos han salido más ricos y menos dignos de la gestión kirchnerista. Su destino fue defender a la edad de 60 o de 70 la corrupción que en su militancia juvenil no les hubiera merecido sino desprecio. La corrupción es inocultable hasta para el más empecinado en no querer verla.
El kirchnerismo puso a prueba la cobardía de unos y el coraje de otros. Montó un coro de repetidores y un cepo ideológico e informativo que pretendió capturar al periodismo pluralista. Con muchos medios y con Clarín no lo logró.
Esa puja también logró otro efecto: que el diario se convirtiera en noticia. El diario debe ser un mediador entre los hechos y los protagonistas pero el kirchnerismo hizo que Clarín fuera además una noticia relevante en el mundo al recibir Magnetto el premio a la Libertad de Expresión del Freedom House.
Hay un reconocimiento a Clarín y Clarín festeja su premio. Y el premio nos compromete aún más en la tarea de informar.

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