“Somos la expresión institucional del radicalismo”, aclaró de entrada Ernesto Sanz, titular del partido, para marcar límites sobre su rol en la campaña hacia octubre, con el peso del decepcionante resultado de las primarias. “No hay una campaña de Alfonsín, hay una campaña de la UCR”, diría más tarde, para luego ir más allá: “Cada uno tiene su rol, el mío es el de acrecentar un activo que son los candidatos a diputados, senadores, intendentes y gobernadores”. La intención de Ricardo Alfonsín era que Sanz se involucrara, a lo que accedió parcialmente: no en el caso de la fórmula presidencial. La cuestión generó un fuerte contrapunto entre los dos ayer por la mañana, con reproches del diputado por lo publicado por Clarín y la conferencia de prensa convocada por el senador para la tarde.
Acompañado por el titular del bloque de Diputados, Ricardo Gil Lavedra, y su par del Senado, Gerardo Morales, Sanz habló de dos “competencias” para octubre: por la presidencia y por el Congreso. Dedicó la mayor parte del tiempo a la segunda y, en privado, los principales dirigentes radicales la consideraron casi excluyente. “El partido propone un modelo de país alternativo, con una fórmula que lo representa: Alfonsín-González Fraga. Y de persistir la tendencia del domingo, estaríamos ante un grave peligro institucional por un desequilibrio de poderes en la Argentina”, remarcó Sanz, y agregó: “Ya lo vivimos con la 125 y en los meses posteriores a las elecciones de 2009, cuando el kirchnerismo avanzó con leyes perjudiciales para el conjunto de la sociedad”.
Si en octubre se repite el resultado de las primarias, el oficialismo mantendría el control del Senado y quedaría cerca del quórum propio en Diputados.
“Merece especial atención las listas de legisladores”, insistió el senador y titular de la UCR, que casi no participó de la campaña de Alfonsín y no apareció por el búnker, el domingo. “Las diferencias que puedan existir siempre van a ser secundarias con el desafío de octubre por delante”, intentó Sanz despejar tensiones.
Cerca suyo, sin embargo, insistieron en que no tendrá mayor involucramiento en la estrategia de Alfonsín. “ Los roles están divididos. Hay un equipo de campaña de Ricardo, que incluso tiene cambios por lo que pasó el domingo”, apuntaron en referencia al reemplazo de Marcelo Stubrin y Guillermo Hoerth por Raúl Borrás y Mario Brodersohn en la dirección. Sanz y Gil Lavedra admitieron “problemas de comunicación” que intentarán mejorar. Otro “cambio” será darle mayor visibilidad a los dirigentes distritales y candidatos locales, tanto a cargos ejecutivos como legislativos. “Vamos a poner en valor todo el partido”, buscó presentarlo Sanz, sin referirse a que ese mayor protagonismo irá en detrimento del de Alfonsín. En algunos distritos como Mendoza, Entre Ríos, La Pampa y Córdoba Capital, en los que habrá elecciones locales, la intención será “provincializar” las campañas e incluso quedó abierta la chance de compartir boletas con la candidatura presidencial de Hermes Binner.
“Es necesario que se involucren todos. Ricardo es uno solo, hace 15 días que está con una afección pulmonar que no se le va porque no para”, agregaron los hombres de confianza de Alfonsín, que priorizará actos en Ciudad y provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Mendoza, y reforzará su presencia en los medios. Alfonsín y Sanz se mostrarán juntos el jueves, en una reunión del Comité Federal con los titulares de todos los distritos del país.
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