Por Fabián Bergenfeld* para el Informador Público
Es de conocimiento público que Julio H. Grondona se desempeña como Presidente de la Asociación del Fútbol Argentino desde hace más de tres décadas, manejando los destinos de dicha institución y, en consecuencia, los intereses de los clubes afiliados a ella, de un modo discrecional que se ha acentuado con el paso del tiempo.
Tal conducción comenzó a transformarse en ruinosa para los clubes a partir del año 1991, cuando Grondona suscribió en representación de la AFA un contrato con la firma “Televisión Satelital Codificada S.A.”, -conocida en el medio como “Torneos y Competencias” o “T Y C”-, por el cual se le cedían los derechos de televisación mediante el sistema “codificado” de todos los partidos que se disputaran entre los clubes afiliados a la AFA.
Esa contratación mereció un amplio cuestionamiento de gran parte del periodismo especializado, ya que otorgó el monopolio a una sola empresa durante veintitrés años por cifras exiguas para los clubes afiliados, cuya situación patrimonial se agravó al disminuir las recaudaciones por la menor asistencia de público a los estadios, a raíz del auge de la violencia y ante la alternativa de ver todos los partidos por televisión.
En agosto del año 2009, en lugar de plantear la reformulación de la ecuación económico financiera de ese contrato que se extendía hasta el año 2014 -con un derecho de preferencia por igual período-, el Sr. Grondona decide rescindirlo unilateralmente.
Una semana después, la AFA celebra otro contrato con el Estado Nacional, que comienza a pagar seiscientos millones ($600.000.000) de pesos anuales, bajo el argumento de que ese contrato era más beneficioso, y que se eliminaba el sistema “codificado” para extender la televisación por los canales “abiertos”, bajo el título de “Fútbol Para Todos”.
Pero lejos de convenir con su anterior contratante el modo de cancelar las obligaciones pendientes por la rescisión, para lo cual contaba con las millonarias sumas pagadas por el Gobierno provenientes de la ANSES, el Sr. Grondona da destino incierto a esos fondos.
Consecuentemente, la firma damnificada promovió en fecha 23/6/2010 los autos caratulados “TELEVISIÓN SATELITAL CODIFICADA SA C/ASOCIACIÓN DEL FUTBOL ARGENTINO S/ORDINARIO” (EXPTE. 100207), que se encuentran tramitando por ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial Nº 1, Secretaría Nº 1, y en el cual se le reclaman a la AFA los daños y perjuicios por la rescisión del contrato.
Al contestar la demanda, la AFA procuró involucrar en el juicio al Estado Nacional, con la intención de hacer cargar al Estado con los daños y perjuicios por tal ruptura. Pero con una lógica irreprochable, el Magistrado interviniente rechazó en el pasado mes de abril tal pretensión, por estimar que el Estado Nacional no fue parte del contrato AFA-TSC, por lo que resulta ajeno a ese litigio.
Es de ese modo como se desató una “Guerra Judicial” de una magnitud insospechada, provocada por el accionar inescrupuloso del Sr. Julio Grondona, y por el cual la Asociación del Fútbol Argentino debía afrontar, tarde o temprano, una indemnización multimillonaria sin el respaldo del Gobierno Nacional.
Se generó así un “agujero negro” que de algún modo el Sr. Grondona tenía que remediar. Para ello, echó mano una vez más a sus víctimas de siempre: los clubes afiliados.
Ocurre que, del contrato originariamente firmado con “T S C”, la AFA sólo respetó lo atinente a la televisación de los partidos correspondientes al torneo “Nacional B” y las otras divisionales del ascenso.
Ello obligó a Grondona a urdir un plan siniestro para encontrar la “moneda de cambio”: EMPUJAR AL DESCENSO A RIVER PLATE, CON LA CONSECUENTE JERARQUIZACIÓN DE LA DIVISIONAL Y AUMENTO DEL RATING DE “TSC” -EMPRESA PERTENECIENTE AL GRUPO “CLARÍN”-, OBLIGANDO AL GOBIERNO A QUE AUMENTARA SU CONTRAPRESTACIÓN A LA AFA PARA EVITAR QUE ESE “RATING” CAYERA EN MANOS DE SU CONFESO ENEMIGO, EN PLENA RECTA FINAL DE LA CAMPAÑA ELECTORAL…
Y fue así como el “maquiavélico” personaje, que ya en mayo había anticipado con respecto a River Plate que “no era tan grave irse a la B”, tras manipular designaciones de árbitros y fallos de éstos en partidos claves, logró lo que para todos, menos para él y para algunos de sus secuaces disfrazados de dirigentes, era impensado: que River descendiera. Ello, sin embargo, no le quita “méritos” a la dirigencia de esa institución, vapuleada en los últimos años por la corrupción más despiadada que derivó en su vaciamiento y en hechos de violencia que se reflejaron en sus resultados deportivos.
De inmediato comenzaron las negociaciones entre el Gobierno y la AFA, que contemplaron la repudiada alternativa de unificar las categorías para lograr que aquél concentrara la televisación de todo el fútbol.
Allí sí el “Grupo Clarín” arengó a la opinión pública, porque quedaba marginado de todo y con la única alternativa de promover un nuevo proceso judicial.
La AFA, entonces, aludió a través de su “ingenuo” vocero, a las presiones del Gobierno.
Y Grondona logró el “milagro”: el acuerdo de los grandes enemigos para transmitir en forma conjunta los partidos del “Nacional B”, con la infraestructura técnica de la empresa del “Grupo Clarín”, pero en la pantalla de “Fútbol Para Todos”. Ello obliga, cuanto menos, a la duplicación del dinero que el Gobierno extrae de la ANSES, que le permite a Grondona tapar ese “agujero negro” con formato de juicio multimillonario que amenazaba con destruirlo a él y a la AFA…
Mientras tanto, el Director de la ANSES informó ayer en la Corte Suprema que no se puede afrontar el 82% móvil de los jubilados, reconocido desde hace 5 años por la Justicia y sancionado por una ley del Congreso vetada por el Ejecutivo…
Obviamente, la publicidad de los actos de gobierno a través de la televisación oficial del fútbol y los subsidios demagógicos tienen más valor que el respeto a las decisiones de los otros dos poderes y, como siempre, que los derechos de nuestros jubilados.
* Presidente de la ONG Defensa Ciudadana.
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